Abandonar el colegio para empezar una nueva etapa en el Instituto es un paso muy importante en la vida de cualquier alumno. Conlleva muchos y cruciales cambios: nuevos retos, mayores responsabilidades, mayor libertad... Es el comienzo del camino hacia la vida adulta y donde tendrán que empezar a tomar decisiones importantes para su futuro.
Los que hasta ahora eran niños entran en la primera etapa de la pubertad y comienzan a experimentar importantes cambios físicos:
- Maduración esquelética: Es el proceso de crecimiento y desarrollo de los huesos, lo que se va a exteriorizar en un aumento de la estatura y el peso corporal.
- Aumento de la capacidad torácica: Lo que les va a permitir realizar actividades físicas más intensas, que requieran mayor esfuerzo respiratorio. Esto facilitará la mejora de la forma física y, en consecuencia, de la salud general.
- Perfeccionamiento cerebral: Se produce la maduración de estructuras cerebrales y aumentan las conexiones entre ellas, lo que produce un gran avance en el desarrollo cognitivo y emocional.
- Maduración biológica: Este proceso conlleva el desarrollo las características sexuales secundarias, el crecimiento y maduración de los órganos sexuales y la producción de hormonas sexuales.
- Evolución psicosexual: Este es uno de los procesos más complejos para el individuo, ya que afecta a la propia identidad, la imagen corporal, la orientación sexual y la expresión emocional. Estos cambios pueden ser fuente de conflictos que van a requerir de mucho apoyo y paciencia para ayudarles en este periodo de transición.
Todos estos cambios se unen a una serie de características psicológicas y sociales que los jóvenes pueden presentar, y que debemos también que tener en cuenta:
Teniendo todo esto en cuenta, hay varias cosas que podemos hacer para ayudarles a afrontar estos cambios:
EN EL INSTITUTO
- Mantener un contacto fluido y frecuente con el profesorado, especialmente con el tutor o tutora.
- Participar en las actividades del centro.
- Controlar las faltas injustificadas.
EN EL PROCESO DE ESTUDIO
- Incrementar las horas de estudio con respecto al colegio.
- Preparar los exámenes con suficiente antelación estudiando cada día.
- Permitirles ser autónomos en su organización y trabajo, supervisando la situación para prestarles ayuda si es necesario.
- Habilitar un buen lugar de estudio, aislado de ruidos y elementos distractores.
- Estimularles a emplear diferentes técnicas de estudio (subrayado, esquemas, resúmenes...)
- Combinar de forma equilibrada los tiempos de estudio con el descanso.
EN EL ÁMBITO FAMILIAR
- Cuidar el descanso y la alimentación.
- Consensuar normas, hacerlas cumplir con firmeza y acordar las consecuencias de su incumplimiento.
- Ofrecer diferentes posibilidades y negociar soluciones a los conflictos.
- Intensificar la comunicación, pero sin presionar.
- Valorar el esfuerzo del día a día.
- Dejarles su propio espacio valorando su autonomía, pero controlando un posible distanciamiento.
- No caer en la sobreprotección. Nuestros hijos ya no son tan niños y nosotros no somos sus "colegas".
- Aceptar y enseñarle a aceptar los errores como forma de aprendizaje, no como elemento de frustración.
- Acompañarles en este proceso de cambio con actitudes de comprensión, cariño y firmeza.
En definitiva, el paso del colegio al instituto puede ser un momento difícil para muchos estudiantes por la incertidumbre que provoca. Pero es también una oportunidad para crecer como individuo y desarrollar nuevas habilidades para poder enfrentarse a nuevos retos con confianza, y tomar decisiones para su futuro.
Por ello es imprescindible la ayuda de todo su entorno: familia, profesores y círculo de amistades.