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TERCER TRIMESTRE: DEL COLEGIO AL INSTITUTO

Abandonar el colegio para empezar una nueva etapa en el Instituto es un paso muy importante en la vida de cualquier alumno. Conlleva muchos y cruciales cambios: nuevos retos, mayores responsabilidades, mayor libertad... Es el comienzo del camino hacia la vida adulta y donde tendrán que empezar a tomar decisiones importantes para su futuro.


 
Paso del colegio al instituto

Los que hasta ahora eran niños entran en la primera etapa de la pubertad y comienzan a experimentar importantes cambios físicos:

- Maduración esquelética: Es el proceso de crecimiento y desarrollo de los huesos, lo que se va a exteriorizar en un aumento de la estatura y el peso corporal.

- Aumento de la capacidad torácica: Lo que les va a permitir realizar actividades físicas más intensas, que requieran mayor esfuerzo respiratorio. Esto facilitará la mejora de la forma física y, en consecuencia, de la salud general.

- Perfeccionamiento cerebral: Se produce la maduración de estructuras cerebrales y aumentan las conexiones entre ellas, lo que produce un gran avance en el desarrollo cognitivo y emocional.

- Maduración biológica: Este proceso conlleva el desarrollo las características sexuales secundarias, el crecimiento y maduración de los órganos sexuales y la producción de hormonas sexuales.

- Evolución psicosexual: Este es uno de los procesos más complejos para el individuo, ya que afecta a la propia identidad, la imagen corporal, la orientación sexual y la expresión emocional. Estos cambios pueden ser fuente de conflictos que van a requerir de mucho apoyo y paciencia para ayudarles en este periodo de transición.


Todos estos cambios se unen a una serie de características psicológicas y sociales que los jóvenes pueden presentar, y que debemos también que tener en cuenta:

 

Características psicológicas y sociales en la pubertad

Teniendo todo esto en cuenta, hay varias cosas que podemos hacer para ayudarles a afrontar estos cambios:

EN EL INSTITUTO

  • Mantener un contacto fluido y frecuente con el profesorado, especialmente con el tutor o tutora.
  • Participar en las actividades del centro.
  • Controlar las faltas injustificadas.

EN EL PROCESO DE ESTUDIO

  • Incrementar las horas de estudio con respecto al colegio.
  • Preparar los exámenes con suficiente antelación estudiando cada día.
  • Permitirles ser autónomos en su organización y trabajo, supervisando la situación para prestarles ayuda si es necesario.
  • Habilitar un buen lugar de estudio, aislado de ruidos y elementos distractores.
  • Estimularles a emplear diferentes técnicas de estudio (subrayado, esquemas, resúmenes...)
  • Combinar de forma equilibrada los tiempos de estudio con el descanso.

EN EL ÁMBITO FAMILIAR

  • Cuidar el descanso y la alimentación.
  • Consensuar normas, hacerlas cumplir con firmeza y acordar las consecuencias de su incumplimiento.
  • Ofrecer diferentes posibilidades y negociar soluciones a los conflictos.
  • Intensificar la comunicación, pero sin presionar.
  • Valorar el esfuerzo del día a día.
  • Dejarles su propio espacio valorando su autonomía, pero controlando un posible distanciamiento.
  • No caer en la sobreprotección. Nuestros hijos ya no son tan niños y nosotros no somos sus "colegas".
  • Aceptar y enseñarle a aceptar los errores como forma de aprendizaje, no como elemento de frustración.
  • Acompañarles en este proceso de cambio con actitudes de comprensión, cariño y firmeza.

En definitiva, el paso del colegio al instituto puede ser un momento difícil para muchos estudiantes por la incertidumbre que provoca. Pero es también una oportunidad para crecer como individuo y desarrollar nuevas habilidades para poder enfrentarse a nuevos retos con confianza, y tomar decisiones para su futuro.

Por ello es imprescindible la ayuda de todo su entorno: familia, profesores y círculo de amistades.