Una vez más hay que explicarlo: ¡Que solo son niños! Los fines de semana no juegan para ganar millones de euros, ni un importante trofeo internacional, ni la fama mundial...
De lo que se trata es de disfrutar del deporte que más les gusta junto con sus amigos y el sentir orgullo de ser vistos y admirados por sus familiares. No juegan contra enemigos, sino contra rivales. El árbitro no es un delincuente que solo quiere perjudicar. Es humano. Y, como todos los humanos, comete errores. Ya tienen un entrenador que les da instrucciones. Por lo tanto, si vas a ir a gritar contra los rivales, a insultar al árbitro por sus errores, a volver locos a los chicos gritando instrucciones y estrategias que corresponden a su entrenador, mejor quédate en casa.
Un aplauso al Ayuntamiento de Polán y a todos los ayuntamientos que lucen paneles como este en sus instalaciones deportivas.