No sé cuántas veces habré mantenido esta conversación con alguno de mis alumnos de Primaria:
- Profe, hoy no puedo hacer Educación Física.
-¿Por qué? ¿Qué te ha pasado?
- Me he torcido el tobillo y mi padre/madre/abuela/abuelo...me ha dicho que no haga nada. (Incluye justificante del médico para demostrar que es verdad).
¿Cómo sigue la conversación? Pues depende de la lesión. En este caso, un esguince de tobillo, le pregunto:
-¿Los brazos los tienes bien?
- Sí.
- Perfecto, siéntate en una silla y empezamos.
Dependiende de los contenidos que estemos trabajando ese día, habrá cosas que no pueda hacer y otras muchas que sí. Por ejemplo, una lesión del tren inferior te permite realizar actividades de lanzamientos-recepciones, golpeos, coordinación óculo-manual, motricidad fina y todas aquellas que impliquen el uso de los miembros superiores.
Ante una lesión de miembros superiores hay que tener más cuidado para evitar golpes y caídas, pero aún así podemos proponer actividades de golpeo, coordinación óculo-pédica, flexibilidad, propiocepción...
Además, tenemos una serie de roles que podemos asignar al alumno lesionado para que participe en la sesión: árbitro, cronometrador, ayudante del profesor...No soy partidario de las "fichas", ya que disponemos de muchos recursos para facilitar la inclusión de cualquier alumno que sufra una lesión pasajera o crónica.
Creo que nunca hay que privar del derecho a participar en una clase que tanto beneficia a nivel físico, emocional, psicológico y social.
¡Si quieres, puedes!, y el maestro debe ser la guía que te facilite el camino para conseguirlo.